LAURA AGUIRRE, LA CARIDAD
Antonio F. Ortiz es escritor, autor de libros de poemas y novelas que han tenido gran difusión, como Las cicatrices de una manzana amarga, o La chica que sonreía con los ojos; esta última presenta personajes y ambientes de Álora. Aunque vive en Málaga, está vinculado a Álora por vínculos familiares. Con este texto quiere darnos su visión de la Sierva de Dios.
Para muchos, la santidad parece que solo ha sido un privilegio de unos pocos a lo largo de los siglos. Pero, de hecho, la Iglesia nos enseña que nuestra alma está llamada a la santidad. Todas las almas. Incluida la tuya, tú que lees estas palabras con atención. Pero, a pesar de que poseemos un alma que anhela la santidad, sólo unos pocos han conseguido llegar a ella en vida, llevando una existencia ejemplar de sacrificio, penitencia, con un grandísimo amor hacia los demás.
Las virtudes teologales son tres: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Tener Fe y Esperanza no es suficiente si no está acompañada de la Caridad, del amor hacia el prójimo. De esas obras que destaquen este amor hacia los demás como a sí mismos. Por tanto, la Caridad es la mayor virtud de todas, pero no puede caminar sola, ya que, junto a la Fe y la Esperanza en Dios, es el único camino para mirar cara a cara al Creador, llegada nuestra hora. Hay quien piensa que ser caritativo es suficiente. Que no es necesario creer en ninguna deidad para ser buena persona. Claro que no importa. Pero si ese ejemplo de caridad sólo obedece a la propia voluntad de ayudar a los necesitados, eso le hará ser estimado/a en la comunidad o nación en la que resida. Diría que el mundo entero vería con muy buenos ojos a esa persona que ayuda a los pobres y desesperados, pero si en ello no hay una voluntad cristiana de salvación, solo son obras buenas, sí. Pero vacías en cierto modo…
La señorita Laura tenía Fe y Esperanza, como todos los que nos consideramos cristianos. Pero entonces tenía que la distinción de los demás: un profundo amor por quienes la rodeaban.
Y gracias a la institución que presidió, ayudó a muchísimas personas. Hoy día, aún viven muchos de lo que se benefician de su buen corazón y disposición en Álora (Málaga). Dios estaba con ella, pues la señora Laura Aguirre puso sus esperanzas en el Altísimo para poder sacar adelante sus sufridos proyectos.
Cuando pregunto por esta sevillana que renunció a una vida acomodada para sufrir penalidades por amor al prójimo, me cuentan diversos hechos inexplicables que rodean su figura. Y yo sonrío porque sé que estas son pruebas del amor de Dios para con Laura.
La asociación Probeatificación tiene la firme voluntad de hacer reconocer la santidad de Laura Aguirre Hilla, sabiendo que en ella tenemos una grandísima intercesora por nosotros y que de este modo ayuda a la mayor intercesora: Nuestra Madre, la Virgen María para la salvación de muchas almas. Si estáis pasando tribulaciones, pensad en todos los problemas con los que tuvo que lidiar con la Señorita Laura. Si oramos a Dios para que nos ayude, no dudemos en acudir a Laura Aguirre para que interceda por nosotros, pues Dios ama a las almas santas y escucha sus ruegos. Por muy complicados que sean nuestras tribulaciones, Él nos ayudará, mediando esta Sierva de Dios. Y, además, perota de adopción… Si lo haces y consigues la ayuda divina a mediación de nuestra amiga en El Cielo, no dudes en ponerte en contacto con la asociación Probeatificación de Laura Aguirre, contándonos tu caso. Todos los testimonios nos ayudan para que ella sea reconocida.
Antonio F. Ortiz.